30 de Abril 2004
No me llames dolores
En esta página solía haber textos (¡y los habrá!) acerca de mis patéticos "descubrimientos" en internet. Pa eso es esto un "weblog" (un "log", un registro cronológico de avatares; sobre la "web") una "bitácora" (los hispanohablantes es lo que tenemos, la metáfora)... pero como estoy de marinero en tierra esto es, de momento, mi "querido diario".
Las normas son las normas
Pues me cago en ellas. Me cago en la norma de RENFE (por lo demás, encantado) de vender las plazas reservadas por teléfono dos horas antes de la salida del tren. Tenía previsto (y reservado) salir de Salamanca a las 12:45 hacia Madrid, para enlazar con el AVE de las 16h a Sevilla y así llegar a las seis y media de la tarde, como un señor... y me acabo de comer lo que se comió Mahoma. Al llegar a las doce y cuarto a recoger mis billletes, el Tren Regional Directo estaba completo. No sé la gente qué carajo se va a hacer a Madrid, con lo bonita que es la capital del Tormes. Coño.
Ahora tengo que quedarme aquí (estación de Salamanca) hasta las cuatro de la tarde que sale otro tren, que llega a Madrid-Chamartín a las siete, y salgo de Atocha a las diez de la noche para por fin pisar Sevilla a las doce y media de la ídem. Qué malamente. Y como tengo que estar en Gijón el lunes a las 9 de la mañana con todo preparado, he de salir pallí el domingo tempranito... de manera que el sábado tengo que lavar (y secar a golpe de Braun, me temo) las camisas, si no quiero que los compis astures del hotel se encuentren con Carreras, Domingo y Pavarotti cualpiumalvento en mis sobacos.
En fin, este retraso (temporal, el mental lo tengo ya asumido) me molestaría menos si no fuera porque mi hermana viene hoy desde Cádiz a pasar el fin de semana en la Feria, riá pitá, con las amigas, y la idea era darles una llave (y, antes, adecentar el piso un poco, por aquello de) esta tarde. Ahora será a deshora, o les abriré cuando vuelvan a las mil... aunque seguramente todo se arreglará with a little help from my friends (gracias, una vez más, te debo mucho). Por lo menos no me gusta la Feria, menos mal, si no estaría sacándome los ojos con una hebilla, como Edipo, precursor del Peusek.
Me quedan esta noche y el sábado para terminar y subir una web que tengo a medias (pluriempleo se llama esto), quedar con los interesados para cobrarla, pensar que me relajo, invitar a alguien a café, repasar el temario del curso de la semana que viene (no es Excel intermedio, es Word avanzado), ver "Salsa Rosa" y bajarme de internet el disco del Payo Juan Manuel para O, que sé que le va a hacer ilusión al muchacho. Si Maradona puede estar jugando al golf, digo yo que todo es posible: yo no tengo camello(?), pero sí Dromedario. Aunque, ahora que caigo, en Sevilla no me queda azúcar (pero Mercadona, qué gran empresa, qué rico su gazpacho, abre los sábados).
Un pantallazo azul (y un scandisk de cinco minutos) más tarde...
Estoy sentado en una cafetería de la estación de Salamanca. Como tengo tiempo, he sacado uno de los portátiles (el que suelo usar para mí, donde tengo instalado el Monkey Island y el Winamp) y, como el sitio se llama "Internet e-c@fé" y te dan 15 minutos de conexión gratis con la consumición mínima a partir de las 14h (y llevo dos cafés y un cocacola), creo que podré subir esta parrafada lastimosa en un ratito, gracias al tres y medio.
En poco más de un mes acaba esta pequeña "girilla formativa". Viviendo y trabajando en hoteles de lujo, una semana en cada sitio, con los gastos de viaje pagados por la empresa... suena muy bien, por no decir del carajo. Ya te digo. Pero créeme, segunda persona del singular, que me da igual: preferiría currar en pensiones y cobrar el triple. Así podría administrarme.
La semana pasada estuve en Madriz, en uno de los sitios más chulos de toda la cadena, y ya ves, sin un duro (literalmente) hasta el jueves: pagué el tren y mi cartera quedó vacía. Llegué allí y anduve con todos los trastos (casi, los ordenadores estaban ya en el hotel) desde Atocha hasta la plaza de Colón. Podría haber tirado de alguien(es) con coche para que me recogiese, pero quería ser consecuente con la falta de previsión. Al final, sudando, pero llegué. Hasta que el jueves pasado no recibí la Visa Gold (que me dará tantos quebraderos como alegrías, lo estoy viendo) en la sucursal más cercana, allí en la cápitol, no pude comprar ni un paquete de tabaco. Gracias (¡gracias!!) a la generosa aportación, en forma de L&M (Luis Miguel, Lomo&Manteca, La Muerte...) de R y de O, que ninguno de los dos fuma, pude hacerlo yo esos días. Mi padre diría que siempre estoy igual, que no sé hacer nada "normal" (y con razón). En fin.
Quiero pensar que por lo anterior, por falta de billetes (de euro, no de tren), no llamé entonces ni a C ni a V (pendientes me quedan, muy pronto) y que, como en la Vida recibes lo que das, por eso me quedé (a mi vez) esperando a Y, que a ella sí le di un toque. Termodinámica aplicada, por descastao.
Porque es lo que tiene este trabajo, más cercano al de un viajante que al de un ejecutivo, que está uno solo en los sitios. Si tuviese más cara quizá podría haber dormido acompañado algún día, pero va a ser que no me van las aventuras (de ese tipo), porque en mi tiempo libre prefiero fumarme, con un café, las avenidas y las plazoletas viendo (como diría Iglesias, Julio) a las gentes.
Gracias por venir. Echo mucho de menos a mis enlaces, desde la A hasta la V. Gorberé. Me voy pal tren.
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