28 de Noviembre 2003
Permíteme añadir
Es la fórmula que, dice por lo visto el protocolo, debiera haber usado la novitísima en lugar del "¡déjame teminaar!" ya famoso. Tiene todavía mucho que aprender ella, e instruyéndola en palacio están seguro sobre ésta y otras muchas cuestiones, tales como heráldica, economía familiar, viajes... Le dejan (todos lo saben, todos lo dicen) "altísimo el listón". También un poco sucio, parece: hay que tener ganas o, bueno, enamorarse de ese prodigio de la dicción y la rapidez mental.
Claro que, para condena, la de ser hoy trompetista en Melbourne.
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