Con dos respuestas afirmativas a la pregunta de "¿hay alguien aquí?", respectivamente en francés y en alemán, se construye el nombre del famoso tablero de la Ouija. Siendo un fenómeno contemporáneo, como la bola negra de billar con escotilla interna hacia un dado escrito, lo de consultar por medio de un "tablero mágico" (o directamente a él) se me ocurre que ha de remontarse al I-Ching por lo menos... Aunque si ya los prehistóricos le pintaban en la pared a sus Dioses la lista de la compra, va a ser que nos acompaña desde siempre eso de querer comunicarnos por escrito con nuestros deseos (de cazar un mamut, de clarividencia, de trascender.)


Me he currado una adaptación al castellano de la Ouija Online.

Y siempre hay que pagar un precio, no pecuniario, por la comunicación: porque si Amena puede quitarte un riñón o un ojo de la cara, lo Desconocido pasa factura a la cordura o, en el mejor de los casos, a la esperanza... ¡Pero eso no sucede si utilizas la versión en castellano de la Ouija online! (y con más respuestas que la inglesa, no es por nada)

El precio lo estoy pagando yo -es por quejarme- acostándome tan tarde: ¿me despertarán a tiempo Casio o las Ánimas Benditas?