30 de Septiembre 2003
Estacas de miligramo
Ya ignoramos la esquela, como si estuviese en polaco...
Casi se acostumbra uno y, como se desvirtúa el "te quiero", pierde también fuerza el "voy a matarte": las amenazas repetidas hacen primero mella y después callo. Como en el medio va el mensaje, esto tiene que renovarse y hacerse más y más, para que no nos acostumbremos. Sobrevendrán las fotos de órganos "vuelta y vuelta", a todo color... y aquí ya no cabe idioma.
Que digo yo, no cabrá idioma, pero a este ritmo por caber no cabrá nada: ya la esquela ocupa medio paquete, eso es de cajón (y de pino!); añadamos la futura foto (por ejemplo) del doctor Bartolomé Beltrán practicando una traqueotomía; más la marca del veneno en cuestión, número de balas, calibre...
De modo que al final tendrán que alargarnos el paquete (¡¡por fin!!) con lo que los cigarrillos vendrán con más caladas; o bien acabaremos por distinguir a nuestra marca asesina favorita en el estanco como las películas porno en el videoclub, mirando el lomo.
INTERIOR de expendiduría.
Estanquero: Pues PallMall Azul no, no me queda.
A: ¿Y esta otra marca qué tal? ¿Mata mucho?
E: Pues no sé, es nueva. A ver que mire las fotos... Hombre, sí, claro, supongo que como todas.
A: Me llevo dos.
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